miércoles, febrero 20, 2008

¡Quique, eres necesario!


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Fotografía extraída de aquí.
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El viernes pasado hicimos la presentación de "Avería y redención #7" en Barcelona. Estábamos felices por poder hacerlo, porque hemos visto cómo Quique ha ido creciendo desde que visitó por primera vez "Les Nits de l'Art" en julio de 2003...

Muchas gracias a todos los que hicísteis posible esa noche mágica...

Os dejamos la crónica de Jordi Bianciotto en "El Periódico" (17/02/2008)


Vanessa


JORDI BIANCIOTTO
BARCELONA

La curva ascendente que está protagonizando Quique González se confirma en este sombrío y nutritivo Avería y redención 7, que el madrileño publicó hace unos meses. Rock de autor que esquiva los anzuelos tradicionales y suena genuino, producto de un relato propio. En el Casino de L'Aliança del Poblenou lo tuvo todo a su favor: un repertorio en crecimiento, reflejos pasados que ya suenan a clásicos, una banda renovada y, además, una audiencia que le rindió un trato devoto.González no diseñó un recital fácil sino aquel que mejor define su momento. Las nuevas canciones ofrecen giros sinuosos y zonas de sombra, y confió en ellas para alimentar una actuación de cadencia pausada, más sujeta al diario confidente que al golpe de efecto. Abrió con Y los conserjes de noche y Suave es la noche, y se tomó con calma la exposición detallada de ese nuevo material: Hay partida, La vida te lleva por caminos raros (Diego Vasallo), La cajita de música, Lady drama... Se colgó la guitarra y se sentó a un teclado decorado con el frontal de un automóvil, faros encendidos incluidos. "¡Tengo un coche-piano!".Entre el concepto de cantautor folk-rock y la herencia de los 60 y 70, de Tom Petty a The Band, González vino a decir que, cuando hay ideas y material narrativo relevante, el formato es secundario. Backliners y La casa está vacía sonarán tradicionalistas, pero tienen fibra y misterio. Y el crescendo de Bajo la lluvia, y el rock'n'roll de Miss camiseta mojada y Salitre delimitan un contagioso alfabeto propio. Noche de éxito y minutaje descompensado: una hora y 10 minutos de recital; 55 minutos de bises. Lluvia de vítores. Rescatemos uno: "¡Quique, eres necesario!".

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